Una ánfora es un recipiente cerámico de gran tamaño con dos asas y
un largo cuello estrecho.
Aparecen por primera vez en
las costas del Líbano y Siria,
durante el siglo
XV a. C. y se extienden
por todo el mundo antiguo. Fueron empleadas por los antiguos griegos y romanos como principal medio de transporte y
almacenamiento de la uva, el vino, las aceitunas, el aceite de oliva, los cereales, el pescado y otros productos básicos, también salsas de pescado, tipo garo. Se elaboraban a gran escala en
los tiempos de la Antigua Grecia y su uso fue común en todo el Mediterráneo hasta el siglo VII, cuando fueron sustituidas
por recipientes de madera y piel.
En el dominio de la
arqueología, la anforología es una especialidad muy desarrollada.
La existencia de un gran número de tipos de ánforas, su evolución de larga
duración y una vasta zona de uso en la Antigüedad, constituye un elemento
importante de datación.
Los primeros tipos griegos presentaban
un perfil curvo continuo. Las ánforas más modernas y las romanas presentan claramente diferenciada la parte alta
(cuello y boca) del resto del cuerpo
.
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